Hablar de la muerte puede parecer un tema incómodo, pero lo hago con plena asertividad. Este concepto ha acompañado al ser humano desde siempre, y aunque muchos lo temen, su verdadera naturaleza es menos aterradora de lo que pensamos.
He visto cómo las personas enfrentan la muerte de diversas formas. Los jóvenes suelen manifestar un miedo latente, los adultos la aceptan como una certeza inevitable: "algún día me tocará", y los mayores reflexionan sobre su proximidad, pensando en lo que dejarán atrás o en cómo será el momento final. En cada etapa de la vida, la muerte se presenta bajo una nueva perspectiva, pero casi siempre envuelta en un sentimiento de temor.
El filósofo EPICURO nos enseña algo muy hermoso, que a mi parecer al reflexionarlo e interiorizarlo, se apacigua o desaparece en su totalidad el miedo entre otros pensamientos negativos, léelo con calma y de manera pausada:
Dice Epicuro
“El peor de los males, la muerte, no es nada para nosotros, porque mientras vivimos no existe y, cuando está presente nosotros no existimos. Así pues, la muerte no es real para los que vivimos ni para los muertos, ya que está lejos de los primeros y, cuando se acerca a los segundos, estos han desaparecido ya”
Fuente:
Filosofía para la vida cotidiana - Walter Riso - Editorial Planeta